Por: Primax X-raid Team
Laia Sanz salva la segunda etapa del Dakar en el top 30
Ha tenido que salir muy retrasada, pero ha vuelto a bordar su gestión de la carrera ante las dificultades de la jornada.
La de KH-7 ha terminado la etapa en 34ª posición y ya es 28ª en la clasificación general de coches.
«Nos está pasando un poco de todo, pero hemos salvado el día muy bien y estamos contentos, porque podría haber sido desastroso».
Segunda etapa y segunda remontada de Laia Sanz. Si ayer domingo logró subir diez puestos para pasar del 41º al 31º lugar de la general, la piloto de KH-7 ha estrenado semana con otra buena actuación en una jornada no exenta de problemas que ha salvado más que dignamente. Al final, tras 338 kilómetros cronometrados (más 453 de enlace por carretera), ha llegado al campamento de Al Qaisumah en 28ª posición de la general (34ª de la etapa).
En su debut sobre cuatro ruedas con el Primax X-raid Team, la catalana se está mostrando tan sólida y cerebral al volante de un coche como cuando pilotaba a lomos de una moto. Sólo así se explica cómo está superando las vicisitudes que conlleva salir en una posición excesivamente retrasada, que no se corresponde con su clasificación.
“La clave está en correr cuando se puede correr y tener la sangre fría para aminorar el ritmo cuando la situación lo requiere”, afirma. Y es que las cartas que hoy ha repartido el siempre azaroso Dakar a Laia Sanz y a su copiloto Maurizio Gerini no han sido especialmente buenas. De entrada, han empezado la especial desde el 71º lugar; han tenido que atravesar un recorrido muy deteriorado por el paso de los camiones; han pinchado una rueda y luego se ha roto el elevador hidráulico del MINI ALL4 Racing, con lo que otro reventón hubiera significado un gran problema y una más que segura pérdida de tiempo.
“Nos está pasando un poco de todo, pero hemos salvado el día muy bien y estamos contentos, porque podría haber sido desastroso. Hemos salido muy bien, alcanzando a los que teníamos delante, pero en un sitio muy rápido hemos tenido un pinchazo, algo que entra dentro de lo normal cuando hay piedras. Hemos cambiado la rueda rápido y, cuando hemos arrancado otra vez, nos hemos dado cuenta de que teníamos un problema con el elevador hidráulico de la derecha. Lo hemos tenido que quitar y seguir adelante sin él. Hemos hecho 200 kilómetros con el miedo en el cuerpo porque con otro pinchazo en el lado derecho no hubiéramos podido levantar el coche”, narra la piloto de KH-7.
Con todo, Laia Sanz se muestra satisfecha con su gestión de la carrera hasta el momento: “En algunas partes, hemos ido a buen ritmo, pero en otras hemos aflojado mucho por precaución, sobre todo hacia el final, porque el terreno era más duro. Por eso, creo que el balance es positivo, porque sabemos que podemos hacerlo bien, aunque es una lástima haber perdido unos 10-12 minutos por ir más lentos de lo que podíamos”.
Mañana martes, tercera etapa, de 255 kilómetros de especial y 381 de enlace, con inicio y final en Al Qaisumah. “A ver si mañana podemos salir de ese pozo que es tener que empezar las etapas desde tan atrás, porque nos encontramos unas roderas enormes y hoy hemos perdido muchísimo en las pistas de arena”, lamenta.