Por: Nacho Salvador

Dacia nos ha dado la ocasión de probar su primer SUV eléctrico, un coche que sigue a la perfección el lema de la marca: ofrecer coches sencillos y prácticos, pero muy económicos. Y, después de probar el Spring, creo que no me voy a equivocar si digo que puede convertirse en un nuevo éxito de la marca, como lo han sido el Sandero o el Duster.

Aunque la historia de Dacia tiene ya más de cinco décadas (se fundó en 1966) fue su entrada en el grupo Renault lo que marcó un antes y un después en el fabricante rumano. 16 años después es una de las marcas más exitosas en Europa, con auténticos líderes de ventas en su gama. Ahora le tocaba el turno a la inevitable electrificación de la marca, una meta difícil para un fabricante que tiene en un buen precio uno de sus principales ganchos. Y los coches eléctricos no son baratos. Bueno, o no lo eran hasta ahora.

El Dacia Spring es un SUV A de cinco puertas y cuatro plazas. Su altura al suelo es de 15,1 cm.

Porque Dacia lo ha vuelto a hacer, lanzado al mercado el Spring, un coche que, con las actuales ayudas del Plan Moves III aprobadas por el Gobierno, se puede adquirir desde 9.950 euros, un precio más que interesante y que, a buen seguro, a muchos les hará plantearse la compra de un vehículo de este tipo. El coche, que tiene un PVP de 18.615 euros, se beneficia de unos descuentos de marca que lo bajan hasta 16.550 euros. Con el Plan Moves III el precio baja otros 4.500 euros, para quedarse en 12.050 euros, a lo que habría que sumar otros 2.500 euros si achatarramos un vehículo, para llegar a los 9.550 euros anunciados por la marca. Pero si eres de los que todavía no tiene claro el tema eléctrico, Dacia ha lanzado también un plan con el que puedes tener un Spring por 89 euros al mes. Más o menos lo que te puedes ahorrar al mes en combustible si usas un coche como el Spring en lugar de uno de combustión interna de gasto medio.

Pantalla táctil con navegador en la versión tope de gama.

Pero no todo en la vida es un buen precio, también se debe adquirir un producto acorde a lo que pagamos. El nuevo dacia Spring es un SUV A que mide 3.734 mm de largo, 1.579 mm de ancho y 1.516 mm de alto, con una batalla de 2.423 mm. Por lo tanto, no es un coche grande, pero permite que cuatro adultos viajen cómodamente en su interior, o que disponga de un maletero de 270 litros, además de contar con 23 litros extra en los diversos huecos repartidos por todo el coche. La ausencia de palanca de cambios hace que conductor y acompañantes no se “molesten”, pese a que sea un coche bastante estrecho.

No hay palanca de cambios. En su lugar encontramos un mando circular con tres posiciones.

El motor eléctrico encargado de mover las ruedas delanteras (el Spring es un 4×2) dispone de 33 kW (45 CV) y de un par máximo de 125 Nm. Se alimenta de una batería de 27,4 kWh, recargable mediante un cargador de hasta 6,6 kW. Se puede adquirir la opción de la carga rápida de hasta 30 kW, que tiene un precio de 600 euros y que sólo tiene sentido si vamos a viajar. Porque para el día a día una carga doméstica de 3,7 kW tendría que ser más que suficiente. Lo explico. El coche tiene un consumo homologado WLTP de 13,9 kWh/100 km en ciclo mixto y de 10 kWh/100 km en ciclo urbano. Así, si tenemos en cuenta que la distancia media recorrida en Europa es de 31 km, eso sería el equivalente a un consumo de unos 4,3 kWh al día, que se recargan en algo más de dos horas con un enchufe normal y corriente, de 2,2 kWh, o en poco más de una hora con una toma de 3,5 kWh.

La batería de 27,4 kWh va situada bajo los asientos traseros.

Hechas las presentaciones del producto, toca ponerse a los mandos. Sobre el papel puede parecer que los 45 CV del coche no son muchos. Y sí, es verdad que no es un cohete (algo que tampoco pretenden los ingenieros de la marca), pero si a su peso de sólo 970 kg, le sumamos a la habitual buena aceleración de los vehículos eléctricos, el Spring se mueve con bastante soltura, acelerando y recuperando bastante bien, ya que llega bastante rápido hasta los 75-80 km/h. A partir de ahí la cosa cambia. Su velocidad máxima es de sólo 125 km/h y no es especialmente ágil en la respuesta por encima de los 80 km/h. Pero hay que tener en cuenta que los responsables de Dacia definen su producto como un buen segundo coche, ideal para hacer los trayectos del día a día sin complicaciones. Vamos, que no es un coche pensado para viajar, algo en lo que también nos da una pista sus 230 km de autonomía en ciclo mixto, que sube hasta los 305 km en uso urbano.

La carga de la batería, el consumo o la autonomía se pueden ver en el cuadro.

El interior tiene el sello Dacia, con un equipamiento que tiene lo imprescindible, aunque en la versión tope de gama cuente con un navegador de pantalla táctil, que a su vez se emplea para la cámara de marcha atrás. El coche arranca con llave, en lugar del cada vez más habitual botón, que hay que girar hasta que en el cuadro aparezca un OK, que nos dice que todo está listo para ponernos en marcha. Para indicar qué es lo que queremos que haga el coche, hay una ruedecita con tres posiciones: D, N y R. Y no hay un pulsador para activar la posición “P”, ya que el Spring tiene un freno de mano “de palanca”, como lo de toda la vida. Como el coche: sencillo, pero efectivo. Quizá lo que menos me gustó del coche fue el tacto de la dirección, muy eléctrica para mi gusto.

En nuestro recorrido por Madrid el Spring tuvo un consumo medio de 12,8 kWh.

El recorrido que hicimos con el coche durante la presentación del mismo, discurría prácticamente en su entera totalidad por dentro de la ciudad de Madrid, con un buen trozo por la M30, paso por Madrid Central y vuelta a la N-I, donde está Dacia, por la carretera de El Pardo. Un recorrido muy urbano en el que el coche nos consumió muy poco, y eso que no hicimos una conducción muy eficiente, todo lo contrario. Al finalizar el trayecto habíamos gastado una media de 12,8 kWh, por lo que después de recorrer 55 km por Madrid todavía nos quedaba un 76% de la batería, cifra en consonancia con lo anunciado.