Por: José Luis Sánchez
Toyota ha presentado el que será su nuevo buque insignia de la gama todoterreno: el Land Cruiser 300. Un coche que se lanza el año del 70 aniversario del mítico TT, ya que en 1951 se lanzó la serie BJ. Desde entonces se han vendido aproximadamente 10,4 millones de unidades del 4×4 japonés en 170 países de todo el mundo. El nuevo Land Cruiser Serie 300 es el sucesor de la actual Serie 200, en el mercado desde 2007.
Los objetivos por parte de los ingenieros de la marca a la hora de desarrollar el nuevo Land Cruiser 300 fueron heredar y evolucionar la esencia de Land Cruiser de «confiabilidad, durabilidad y cualidades todoterreno«. Un vehículo fácil de conducir por cualquier carretera o pista del mundo. Para conseguirlo, Toyota adoptó la nueva plataforma GA-F, pero manteniendo la clásica estructura del chasis de largueros y travesaños. Además, se ha reducido el peso del vehículo (con respecto a la Serie 200), ha bajado el centro de gravedad, se adopta un nuevo tren motriz y se han rediseñado tanto los interiores como los exteriores. El chasis se ha rediseñado para reducir el peso y aumentar la rigidez. Así, se ha conseguido adelgazar el vehículo en 200 kg.
Otro de los objetivos era mejorar sus cualidades todoterreno, y cuando hablamos de cualidades todoterreno se debe de tener en cuenta que se trata de un enorme vehículo que mide 4,95 m de largo, 1,98 m de ancho, o que tiene una batalla de 2,85 metros. Para conseguirlo se ha mejorado el recorrido de la suspensión, o, lo que es lo mismo, su capacidad para mantener las ruedas en contacto con el suelo el mayor tiempo posible. Incorpora el sistema E-KDSS (Electronic Kinetic Dynamic Suspension System), que, mediante unas estabilizadoras regulables electrónicamente y con el vehículo en movimiento, permite desconectarlas en situaciones todoterreno, o, en el polo opuesto, endurecerlas para rodar seguro por carretera. Sería el primer sistema del mundo que desconecta automáticamente las estabilizadoras con el vehículo en marcha.
En el mismo sentido, se incorpora un sistema Multi Terrain Select, que, de manera automática, ajusta varios parámetros del coche, como motor, transmisión o suspensión, en función del terreno por el que estemos rodando, algo que el coche hace sin la intervención del conductor. Y, por último, el “Multi-Terrain Monitor”, que permite ver los obstáculos que estamos pisando desde el puesto de conducción.
A la hora de motorizar su buque insignia, Toyota no ha olvidado su compromiso global de reducción de las emisiones de CO2, con lo que desaparecen los motores V8 de la Serie 200, para dejar paso a dos propulsores V6 biturbo de nuevo desarrollo, uno de gasolina y el otro diesel. El de gasolina tiene una cilindrada de 3,5 litros, para conseguir un rendimiento de 415 CV y de 650 Nm. Por su parte, el diesel es un 3,3 litros de 309 CV y 700 Nm. Ambos motores transmiten la potencia a las ruedas a través de una caja de cambios automática de diez velocidades. Para mercados que precisan mecánicas más sencillas, Toyota ofrecerá una versión V6 atmosférica y caja de cambios manual de seis velocidades.
Vamos al interior del nuevo 300, que se puede adquirir con siete plazas. En el interior, Toyota ha buscado la comodidad operativa, colocando mandos que se pueden manejar intuitivamente. De esta forma, la mayoría de las funciones se realizan mediante pulsadores, evitando la última moda del sector del automóvil de hacer todo, o prácticamente todo, a través de una pantalla. Eso sí, en la parte superior del salpicadero se monta una gran pantalla, de la que la marca no ha facilitado ni el tamaño, ni sus funciones.
En lo que a seguridad activa se refiere, el nuevo Land Cruiser ha adoptado el último paquete “Toyota Safety Sense” con funciones avanzadas adicionales. Se han agregado dos funciones al sistema de pre-colisión, que ayuda a evitar una colisión o reducir los daños al detectar peatones y ciclistas. Toyota tiene previsto lanzar el nuevo Land Cruiser en todo el mundo a partir de este verano.